viernes, 18 de enero de 2013

Fanfic: ''El secreto de George'' 7

Capítulo 7: Te he echado de menos 


El silbato del tren sonó. No podía creer que hubiera vuelto a Hogwarts. Y, para ser sincera, tampoco podía creer el frío que hacía. Por suerte en el castillo las chimeneas ardían con fuerza en casi todas las habitaciones y en las 4 salas comunes, y las vistas desde el castillo eran demasiado hermosas. A menudo me quedaba mirando el bosque a través de los ventanales.
Aquel trimestre tenía que esforzarme. Al fin y al cabo, mis padres habían visto mis notas, y aunque no entendían nada de magia, me habían encargado un notable alto como mínimo. Fue por eso por lo que me reuní con el profesor Flitwick, y una semana después de nuestra vuelta de las vacaciones de navidad...

-Perdón, señores,¿ Creen que podrían dejar el pudding de chocolate con frambuesas y atenderme un minuto?-El profesor Flitwick se levantó (bueno, en realidad se subió literalmente a la mesa de los profesores, ya que por su estatura no se le veía bien de otra forma) en medio del gran comedor cuando todo el mundo estaba, desde luego, más preocupado en el postre que en cualquier otra cosa. Golpeó una copa unas cuantas veces y luego, cuando el silencio fue más o menos soportable, comenzó a transmitir mi idea a los alumnos:

-Hogwarts es un lugar en el que la magia, la educación y el conocimiento confluyen en perfecta armonía desde hace siglos. Importantes magos con grandísima creatividad han salido de esta noble institución. Por eso, me congratula comunicaros que he decidido llevar a la práctica una idea que me comentó hace unos días la señorita Martínez, vuestra profesora de encantamientos en prácticas. Señorita Martínez, si tiene usted la amabilidad de venir aquí, podrá explicar a los alumnos su idea con más detalle.

Tragué la última frambuesa de mi estupendo postre, y ,sacudiéndome la falda,me levanté y fui hasta el estrado de mármol sobre el que se levantaba la mesa de los profesores. Junto al profesor Flitwick, que me miraba muy sonriente, comencé a explicar:

-Bueno, he tenido una pequeña idea...en realidad es algo sencillo, y por supuesto no es obligatorio...Es que el otro día estaba mirando por la ventana mientras nevaba porque en España no nieva...-me estaba yendo por las ramas. Carraspeé un par de veces y proseguí-Bueno, que estaba pensando en lo bonito que es Hogwarts, y en lo afortunada que soy por estar aquí. Y entonces se me ocurrió la idea. ¿No os habéis parado a pensar lo increíbles y especiales que sois todos y cada uno de vosotros? Mi familia es muggle, y a veces me da pena que mis padres o mi hermano mayor no sepan lo que se siente al realizar un hechizo con su propia varita. Por eso quiero proponer una especie de concurso de encantamientos. Podéis inventar hechizos útiles, pero eso sí, nada peligroso, por favor.Lo dividiremos en categorías de dificultad según el curso en el que estéis, y se entregarán premios a los más creativos. Podéis escoger entre 2 temas: Hogwarts en general, o vuestra propia casa. Espero que participéis todos, aunque, como os he dicho antes, no es obligatorio, entiendo que tenéis muchos exámenes. Pronto os comunicaremos la fecha límite para participar y la lista de premios. Bueno...creo que eso es todo.

Tras unos segundos de tenso silencio, poco a poco los alumnos empezaron a aplaudir y a hablar entre ellos con tono de aprobación. Suspiré aliviada, ya que parecía que la idea les había gustado, al menos a la mayoría. Además, el resto de profesores parecían muy satisfechos con la propuesta. O eso creía yo.

Una semana después, salí del despacho del profesor Flitwick tras estar en la enésima reunión de quejas de profesores. ''Ni más ni menos'', pensé, porque no me podía creer que se hubieran producido tantos accidentes en una sola semana. Y es que los alumnos se habían ilusionado mucho con el concurso, especialmente los más pequeños, y se habían ilusionado tanto, que en la última semana las explosiones, chillidos, tropezones, heridas, discusiones y hechizos fallidos estaban a la orden del día en Hogwarts. La señora Pomfrey ya no daba abasto con tanto alumno experimentador, y muchos profesores venían a quejarse. Pero ni el profesor Flitwick ni yo queríamos suspender el concurso, y cada noche acababa agotada por quedarme a las reuniones a convencerlos a todos.
Afortunadamente,ese día la reunión acabó a primera hora de la tarde, y pude subir a mi habitación a descansar durante un rato. Al fin y  al cabo, era viernes, no me iba a pasar nada por dormir un rato. Más tarde fui con Kelly a la biblioteca, ya que tenía que consultar varios libros.

Al acercarnos a la puerta, vimos como la señorita Pince reñía a un chico de segundo de Hufflepuff.

-¡BASTA, SEÑOR ANDREWS! ¡LE ADVERTÍ QUE NO QUERÍA OÍR NI UN SOLO SONIDO MÁS! ¡NO EN MI BIBLIOTECA! ¡DEBERÁ HACER SUS DEBERES EN OTRO SITIO!-la bibliotecaria, indignada, entró de nuevo y cerró la puerta.

-Pobre chico...-dije preocupada, ya que el niño parecía sentirse muy culpable.

-No me lo creo...¡Es Philip Andrews! ¡Es el hermano de Dan!-me susurró Kelly muy nerviosa.

-¿Philip y Dan Andrews son hermanos?-dije muy sorprendida, y eso que les daba clase a ambos-¡Pero si uno es Slytherin  y otro Hufflepuff!

-¿Y eso qué tiene que ver? No todos los hermanos están en la misma casa. Ven, vamos a hablar con él.

-Ya, tú lo que quieres es ganar puntos-susurré mientras Kelly me arrastraba hacia Philip.

-Hola-dijo Kelly con un tono dulce e impropio de ella cuando llegamos junto al chiquillo-¿Estás bien? No hemos podido evitar oír cómo la señorita Pince te reñía.

-Estoy bien, gracias, pero me ha echado injustamente. Yo sólo estaba estudiando y practicando hechizos para...tú concurso, Laura-dijo señalándome.

-Oh, no, ¿Qué has hecho? ¿Has prendido fuego a algo, Philip?-dije muy preocupada. Al día siguiente la señora Pince se iba a quejar, seguro.

-¡Qué va! El hechizo que he inventado es sencillo y muy divertido. Sólo tienes que saber de qué casa es el destinatario y pronunciar las palabras, ¡Mira!- y sin mediar palabra, apuntó a Kelly con su varita y gritó- ¡Silvaticus Gryffindor!

-¿Estás seguro de que funciona?-dije, al ver que no ocurría absolutamente nada con Kelly.

-Dile que hable-dijo Philip muy sonriente.

Y en cuanto Kelly abrió la boca, soltó un rugido, un auténtico rugido de león. Sorprendida, intentó gritar, pero no hizo más que seguir rugiendo furiosa. Estaba armando un buen jaleo en medio del pasillo, así que hice un Finite incantatem antes de dirigirme de nuevo a Philip.

-¡Es completamente genial, Phil! ¿Funciona con las cuatro casas?

-Bueno, aún tengo que perfeccionar un poco el ruido del tejón de Hufflepuff, pero por lo demás me va muy bien. Deberías haber oído a Annie Flint graznar como una auténtica águila y a Roger Sherwood silbar como una culebra. Por eso me ha echado la señorita Pince, por practicar con mis compañeros.

-Veo normal tu expulsión, no debiste hacer eso en la biblioteca. Pero te diré una cosa Philip: si consigues perfeccionar el hechizo, tienes muchas probabilidades de ganar-dije sonriendo.

-Laura tiene razón-dijo Kelly, de nuevo con voz humana-el hechizo es miau bueno,digo...muy bueno.

-¿Acabas de maullar?-dije mirándola extrañada.

-Creo...creo que sí...no estoy segura de si era un miaullido...¡Vaya, otra vez!-Kelly estaba atónita.

-Ah, sí, bueno...es que el hechizo tiene ese pequeño efecto secundario...gallos, maullidos, silbidos ocasionales...pero se pasa en un rato-dijo Philip un poco avergonzado.

-¿QUE SE PASA EN UN RATO? ¡ESTOY RIDÍCULA! MÁS TE VALE QUE NO DURE MIAUCHO, DIGO, MUCHO!

-Sí, esto...tengo que irme chicas. Gracias por todo, ¡hasta luego!-Y tan rápido como pudo, Philip Andrews se fue corriendo.

-¡TE MIAUTARÉ, PHILIP ANDREWS, TE JURO QUE TE MIAUTARÉ!-Kelly estaba fuera de sí, mientras que yo luchaba por aguantar la risa.

-Puedes matarle si quieres, te doy permiso-dijo una voz a nuestra espalda de repente.

-¿DAN? oh, miaudre mía, lo siento...

-No te preocupes, soy yo el que debería disculparse...mi hermano es muy bueno, pero un poco travieso, aunque luego se arrepiente. Seguro que mañana te pide perdón.

-No te prrrrrreocupes-tosí para aguantar la risa al oír que Kelly no sólo maullaba, sino que también ronroneaba de vez en cuando- no ha sido nada imporrrrrtante, seguro que se miau pasa...digo, se me pasa pronto.

-Eso espero, o le torturaré personalmente en tu nombre-Dan sonreía muy animado.

-Bueno-dije yo, interrumpiendo el coloquio de la parejita-Kelly, nos van a cerrar la biblioteca y tienes que sacar los libros.

-¿Qué libros vas a sacar?-preguntó Dan, siempre dirigiéndose a Kelly y pasando de mí.

-Los del trabajo de Pociones, esos que no hizo apuntarrrrrrr el profesor Slughorn.

-Vaya, pues lo siento, Kelly, pero los he sacado yo hace un rato. Los tengo en mi habitación, estoy haciendo el trabajo.

-¿Y crees que vas a tardar miaucho...digo, mucho?-Kelly estaba cada vez más avergonzada, y se le notaba.

-No, creo que este fin de semana terminaré. Si quieres quedamos el domingo por la tarde en los jardines y te los doy. Le diré a la señorita Pince que los tienes tú.

-¿Quedarrrr, tú y yo? ¿en los jardines? ¿lo dices de verrrdad, Dan?-Kelly (y yo también, la verdad) estaba sorprendidísima.

-Claro. Es decir, te los llevaría a tu sala común, pero un Slytherin no puede entrar en Gryffindor por muy buenas que sean sus intenciones-Dan guiñó un ojo y Kelly se rió de la forma más estúpida que yo había oído nunca. 

-Por supuesto, no puedes entrar...vale, el domingo por la tarde nos vemos, junto al lago si quierrrres.

-Te veré el domingo, Kelly. Perdona otra vez por lo de mi hermano. Aunque no tienes de qué preocuparte, estás muy graciosa maullando.

-Bueno, Dan, tenemos que irnos-dije yo, viendo que a Kelly le iba a dar un colapso en cualquier momento- ¡Hasta luego!

-¡Y miauchas gracias por lo de los libros!- Gritó Kelly.

Aquella noche nuestra vida amorosa fue el tema de conversación estrella en la habitación. Por supuesto, a mí también me preguntaron, pero como Ginny estaba delante y bien atenta, no dije ni una palabra. Cuando todas se durmieron estuve comentando el asunto con Kelly:

-¡Madre mía Laura! aún no me creo que tenga una cita con Dan el domingo...bueno, él no ha dicho que sea una cita, es para darme los libros, pero hemos quedado en el lago, ¡y eso cuenta como cita! ¿Tú que opinas?-Kelly ya hablaba normal y estaba extasiada. 

-Ya te lo he dicho antes con las chicas. Creo que lo tienes en el bote, está claramente colado por ti.

-No sé, no sé, no quiero ilusionarme, pero todo es tan genial ahora mismo...Y hablando de chicos que están en el bote, ¿Qué tal con George? ¿No le has visto ni nada?

-Ufff, ni me lo nombres-dije suspirando- mi cuñada, Pili, no ha parado de interrogarme en todas las navidades. Me ha cantado eso de ''Se te nota en la mirada, que vives enamorada'', y no hacía más que insisitir en que ''me había echado un novio inglesito''. No sabía cómo hacerla callar, así que terminé por decirle que había un chico que me parecía guapo, pero nada más. Me da que no se ha creído nada, pero bueno. Y en cuanto a George, no, no le he visto. Sólo llevamos 2 semanas aquí, Kelly.

-Ve a verle mañana, es sábado.

-Tengo que comprar comida para Strawberry, así que quizás lo haga. Pero no sé, ¿No será muy descarado?

-No seas tonta, ve a verle o se olvidará de ti y se buscará a otra.

-No te aclaras,Kelly Kearny. ¿Dónde quedó lo de ser misteriosa?

-Bah, por esta vez te permito ser romántica. 


* * * 

Suspiré, con Strawberry en el bolsillo y una bolsa de Chocolate de Honeydukes en la mano, y llamé a la puerta de Sortilegios Weasley Hogsmeade. En cuanto el primer pelo de color zanahoria se asomó, grité en medio de la calle:

-¡FELIZ AÑO NUEVO, GEORGE WEASLEY!

-¡Laura! Igualmente, ¡por fin te veo!- George me hizo pasar y me abrazó.

Se me paró el tiempo. Tenía una amiga inglesa desde los 5 años, y Kelly no era muy cariñosa. Y no es que fuera desagradable, simplemente no era costumbre en Inglaterra saludarse con dos besos o dar un abrazo porque sí. Kelly siempre me decía que eso se hace con amigos íntimos o con tu familia. Y George me estaba abrazando. Me dije a mí misma que tal vez no significara nada. Tal vez era sólo un saludo normal. ''Mantén la calma, y haz como si el chico más adorable del mundo te abrazara todos los días'', me dije.
Tras hablar un buen rato sobre cómo habían sido nuestras navidades y de contarle las novedades del concurso (se rió mucho cuando le conté que Kelly se había puesto a maullar), compré la comida de Strawberry, y me paseé por la tienda, que ya estaba casi lista para abrir.

-Va a ser genial-George estaba orgulloso de su trabajo- La inauguración será en la próxima excursión de Hogwarts, el día de San Valentín, según creo.

-Sí, la próxima excursión es en San Valentín-Dije, apartando la vista de los filtros de amor-Veo que has ampliado la sección femenina, George.

-Sí, quiero aumentar las ventas entre el público femenino, así que voy a vender pociones amorosas, y productos de belleza variados.

-¿Qué es esto? ''Pintalabios Definitivo''. ¿A qué te refieres con ''definitivo''?-dije cogiendo una cajita blanca de la estantería.

-Oh, eso...es un producto nuevísimo y que espero que se venda muy bien. Lo he llamado el pintalabios definitivo porque cambia de color según el estado de ánimo de la persona que lo lleve puesto, y también sabe a la comida favorita de esa persona.

-¡No lo estás diciendo enserio!-dije maravillada-¿puedo probarlo?

George asintió sonriente y me tendió un pequeño espejo. Abrí la cajita y saqué una barra de labios blanca, aparentemente sosa y normal. Me pinté los labios, que quedaron transparentes. Sin embargo, al cabo de unos segundos empezaron a cambiar de color, y se tornaron de un brillante color amarillo.

-¡Se han puesto amarillos!

-Déjame ver lo que significa eso...-George sacó de la cajita ya abierta lo que a todas luces parecía un prospecto médico, solo que en vez de letras tenía un montón de puntitos de colores-Amarillo...ah, aquí está. Felicidad. Vaya, debe hacerte muy feliz estar aquí-dijo sonriendo.

-¿Bromeas? Este pintalabios es genial. ¡Quiero uno! Lo compraré en cuanto lo saques a la venta.

-En realidad ya está a la venta, aunque la tienda no esté abierta. Vamos a hacer una cosa. Te llevas el pintalabios, te lo pones por Hogwarts y les hablas a las chicas de él. Y así, cuando inaugure la tienda,seguro que lo compran. Vas a ser mi modelo de publicidad.

-Osea, que sólo me lo vas a vender porque voy a hacer publicidad...no sé si me gusta eso-dije sonriendo.

-Echaba de menos que estuvieras aquí para ayudarme con las cosas de la tienda. Tómate esto como otro pequeño favor al pobre George.

''Intenta-no-morir-de-un-infarto''. Esas palabras las repetía en mi mente como un mantra.  No me podía creer lo que George acababa de decirme. Intenté no sufrir un colapso, y tragué saliva antes de hablar:

-Eeeemmm...está bien..a,acepto. ¿Y cuánto...dices que costaba?

-Nada.-''¡Para de sonreír así!'-pensé.

-¿Qué quieres decir con eso? Me has dicho que estaba a la venta.

-Sí, pero no pienso cobrarte nada. Compras aquí tu comida para tu micropuff, me has ayudado un montón con la limpieza, y además me vas a hacer publicidad.

-Sabes que voy a pagarte, George, no insistas.

Tras un rato discutiendo sobre si le iba a pagar o no, comprendí que no iba a cobrarme el pintalabios, así que por lo menos decidí regalarle algo.

-Dime, George,¿Caramelo o nueces?

-¿Qué? ¿A qué viene eso ahora?

-Tú solo responde. ¿Caramelo, o nueces?

-Mmmm...Nueces, supongo. Están más crujientes.

Solté una tableta de Chocolate con nueces de Honeydukes en el mostrador.

-Es mi última oferta, George Weasley. No voy a aceptar devoluciones.

-Está bien, pero sólo porque el Chocolate de Honeydukes es el mejor del mundo.-Dijo entre risas.

Una hora antes de la cena, me fui de Hogsmeade con el corazón a punto de estallar. George había sido claro. Me había recibido con un abrazo, y había dicho que me echaba de menos. ¿ O no? ¿O quizás quería decir otra cosa? ¿Cómo funcionan la mente y el corazón de los chicos magos ingleses? Decidí que tenía que hablar con Kelly y Hermione, Inglesas y brujas de pura cepa, cuanto antes. 

De todas formas, daba igual lo que George quisiera decir. Ese ''Te he echado de menos'' se me había grabado en el corazón.

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