domingo, 28 de abril de 2013

Fanfic: ''El secreto de George'' 10

Capítulo 10: Lo que sucedió antes del 23 de diciembre 


-Y entonces voy y le digo: ''Oye, bonita, estabas haciendo teatro en la escoba, ni siquiera te he tocado'' y me responde que sí, que había sido una falta clarísima. Y entonces Sophia le dijo que...

-Ginny...todas las noches igual....-susurré muerta de sueño desde mi cama supletoria, colocada en medio de la alfombra de la habitación de Ginny-Cállate ya y apaga la luz, mañana nos seguirás contando tus aventuras en el campo de Quidditch...

-¡Pero Laura, es genial! ¡Me han concedido la beca deportiva oficial! ¡En cuanto me gradúe este año me voy a entrenar con un equipo real! Es como un sueño...

-No dudo que vaya a ser genial, Ginny- Hermione tenía mucho sueño y su voz sonaba apagada- pero aunque Laura y tú estéis de vacaciones de navidad, mañana es viernes y yo aún trabajo esta semana, me tendré que levantar temprano. Así que por favor, déjame dormir ahora...

Ginny refunfuñó algo por lo bajo y apagó la luz del cuarto. Llevaba algo más de una semana de vacaciones en La Madriguera y me lo estaba pasando realmente bien. Cada mañana Ron, Harry, Hermione, Percy y el señor Weasley se iban a trabajar al ministerio, pero volvían a la hora de comer por el horario de navidad y hacíamos excursiones campestres o cultivábamos bonitas plantas mágicas en el jardín. Por las mañanas George, Ginny y yo ayudábamos a la señora Weasley en lo que necesitara. Por las noche Bill y Fleur venían a cenar y nos contábamos divertidas historias o anécdotas. El ritmo de vida era tranquilo, y todo estaba en paz... Hasta el 23 de diciembre. Pero antes vayamos al día 22, el anterior al día de los sucesos, porque ese día pasaron tres cosas, que, en mayor o menor medida, influyeron en los acontecimientos posteriores.

El jueves 22 de diciembre me levanté muerta de sed a las cinco y media de la mañana. Tuve que bajar a la cocina a por un vaso de agua. Mientras me lo tomaba, vi cómo amanecía a través de las ventanas, y, creyendo estar sola, me desplacé hasta el salón-comedor para ver amanecer desde las ventanas grandes. Era precioso ver salir el sol sobre la pequeña parcela de los Weasley, que seguía cubierta de nieve. Con el vaso de agua aún en la mano, no pude evitar hablar en voz alta:

-Madre mía, que bonito- respiré profundamente y me sentí más viva, a pesar del frío mañanero.

De repente, una voz masculina a mis espaldas rompió todo el encanto de mi escena solitaria:

-Disculpa, ¿Podrías repetir eso que has dicho en Inglés? Como te imaginarás, no conozco el español...

Di un respingo de susto y derramé un poco de agua del vaso, que me cayó en los pies empapándome los calcetines y provocándome una sensación francamente desagradable.

-¿PERCY? -El inteligente y ligeramente prepotente hermano de George me miraba desde el sofá, completamente vestido de chaqueta (para ir a trabajar) y con un libro en la mano- ¡Son las cinco y media de la mañana! ¿Qué haces vestido y...leyendo?

-Aunque parezca que el reloj que tengo enfrente no marca las horas, Laura, lo cierto es que ya sé que son las cinco y media de la mañana-era cierto. Delante de Percy, en la pared junto a mí había un reloj. George me lo había mencionado hacía tiempo. Era un reloj con una manecilla para cada miembro de la familia, con su nombre y una pequeña foto mágica, y en lugar de las horas, marcaba distintos emplazamientos, como''en casa'' o ''en el trabajo''. ahora todas las manecillas indicaban la casa, pero se iban moviendo cada vez que un Weasley se desplazaba- Y en cuanto a esto, es una novela de...

-Oye, Percy, el reloj está roto- me acerqué y ví que una de las manecillas estaba rota. Sólo quedaba un trozo, no había nombre ni foto y tampoco se movía. Oscilaba entre ''en casa'' y ''en peligro de muerte'', sin decidirse a cruzar ninguno de los dos sitios. Me desconcertó un poco. Percy me miró serio:

-Sé que está estropeado. Mis padres no lo arreglan desde que...digamos que desde que se rompió.

-¿Por qué no lo arreglan? es muy fácil...podrían hacer un reparo...

-Siempre hay motivos, Laura... créeme- había tocado un tema peliagudo, lo presentía, así que decidí cambiar de tema.

-¿Qué estás leyendo tan temprano?

-Oh, es un poeta mago Inglés que me gusta mucho...dudo que lo conozcas, se llama Mike Fiztgerald y...

-¿Bromeas? ¡Me encanta Mike Fiztgerald!

-¿Enserio? Se lo presté a Hermione hace un tiempo y ni ella lo leyó, me dijo que era muy pesado. Vaya, no creía que fueras tan...

-¿Tan qué? ¿Tan sensible e intelectual?

-Pues... reconozco que sí. Quiero decir, estás saliendo con George...el bestia de mi hermano George, ese al que se le cae el puré de la boca si come muy rápido...

-Oooh, ¿No es adorable?-Percy me miró asqueado y me reí para disimular la tontería que había dicho. pasamos hasta las seis y cuarto hablando sobre el poeta mago que tanto me gustaba, y me sorprendí al conocer mejor a Percy, al darme cuenta de que no era tan prepotente como parecía. Sólo era... un intelectual. Y era también bastante simpático. Ese fue el primer hecho del jueves, el hecho de que conocí un poco mejor a Percy Weasley.

A las seis y media todos tomaron un desayuno rápido y se fueron al trabajo. Justo antes de irnos, Percy me susurró al oído que por favor no le dijera nada de lo del reloj a sus padres. Lo juré, pero no pude evitar estar toda la  mañana mirando el reloj de reojo, mientras ayudaba a fregar a la señora Weasley. Poco antes de comer, no pude resistir más, y poniendo una excusa, subí al cuarto de Ginny, donde se encontraba la misma leyendo un libro en su cama. Me senté junto a ella y fui directa al grano:

-Oye, Ginny, ¿Por qué el reloj de vuestro salón está roto y tus padres no lo arreglan?

Ella me miró un poco sorprendida. A continuación cerró el libro, suspiró un poco y me explicó:

-Te has dado cuenta de que le falta una manecilla ¿eh? es la de mi hermano...

-Oh... lo siento Ginny- me sentí insensible por haber sacado el tema- ¿se rompió después de su muerte?

-No se rompió...la arrancó mi padre. Cuando volvimos a casa justo después de la batalla en la que murió mi hermano, mi madre estaba destrozada. Pero se volvió loca de pena cuando le dio por mirar el reloj y vio que la aguja de mi hermano indicaba que él estaba ''En casa'', con nosotros. Lloró tanto que mi padre, en un ataque de dolor y rabia, retorció la manecilla de mi hermano hasta arrancarla con sus propias manos. Sólo quedó un pequeño trozo que no se mueve desde entonces.

-Oh, Ginny- acaricié el pelo a mi joven cuñada y alumna- lo siento... ¿No quieren arreglarlo por eso?

-Sí, mi madre se pone muy triste si piensa que mi hermano está con ella en casa...se pone nerviosa y llora mucho, y mi padre quiere evitarle el dolor... al fin y al cabo sólo hace 2 años que mi hermano se fue...-Ginny se levantó de mi lado y se aproximó a su ventana, que daba al patio de atrás- Es increíble, Laura... si miro al patio de atrás, parece que voy a verle saludándome, lleno de tierra ayudando a papá con las flores. Si cierro los ojos un segundo, parece que voy a oírle llamándome ''Bruja enana'', y parece que va a venir a hacerme cosquillas y a tirarme del pelo y a abrazarme... -Ginny volvió a mi lado y me miró fijamente, mientras grandes lágrimas tibias rodaban por sus pálidas mejillas- pero ¿Sabes qué? miro al patio y no hay nadie en el parterre de las flores, me pongo a escuchar y no me llama, y no viene, ya no me hace cosquillas, ni me tira del pelo... Y no puedo soportarlo...

-Ginny, cálmate... sé que es duro-abracé a la pequeña de los Weasley, en actitud protectora. En ese momento, la puerta del cuarto se abrió, y George entró alegremente:

-Chicas, ya están todos abajo, vamos a com...eeeeh, ¿Qué está pasando aquí?

Ginny se tiró a los brazos de George en cuanto éste se acercó:

-Le hecho de menos, George... ¿Por qué no está aquí? 

-Ginny...-George la abrazó bien fuerte y una lágrima le resbaló por la mejilla a él también- No llores más, por favor... ya sabes que hemos llorado bastante durante dos años. Prométeme que no vas a llorar. ¿Quieres que te anime?

-Bueno chicos, yo voy a bajar, ¿Vale?- me levanté de la cama y me aproximé a la puerta, sin querer molestar en un momento tan íntimo entre hermanos.

-Espera Laura, bajamos todos. Voy a animar a esta niña triste en dos segundos- Entonces George hizo algo un poco raro. Se levantó y se despegó de Ginny. cuando ésta lo miró, le gritó:

-EH, TÚ, BRUJILLA ENANA DEL TRES AL CUARTO, TE RETO A PILLARME. ¿O ES QUE UNA COBARDICA COMO TÚ NO PUEDE CONSEGUIRLO? -George dio un salto y le tiró del pelo a Ginny, le sacó la lengua y salió corriendo. Ella se rió, se enjugó las lágrimas y lo persiguó dando vueltas por la habitación hasta que lo pilló. Lo abrazó, y susurrándole un ''Eres el mejor hermano del mundo''fue al baño a lavarse la cara y las manos para comer. Apoyada en el quicio de la puerta, contemplé la escena maravillada. Cuando George se acercó a mí tras irse Ginny, le besé suavemente a la vez que le decía:

-No sé cómo lo haces, pero siempre animas a los que quieres.

-Mi hermano la hacía rabiar constantemente. Si se lo hago yo siempre se anima, se pone muy feliz. Pero ¿Sabes? a mí me duele mucho... más de lo que todos creen- George derramó unas lágrimas, y disculpándose, se retiró a su habitación diciéndome que necesitaba unos minutos a solas. Extrañada, bajé al comedor a comer.
Ese fue el segundo suceso, el de cómo me enteré de que el reloj estaba roto.

El tercer suceso (el más intenso diría yo) sucedió esa misma noche. Tras mandar a Ginny que se callara y apagar la luz, todas nos dormimos. Me desperté a las tres de la mañana con una necesidad imperiosa de, por qué no decirlo, hacer pis. ''Genial'', pensé, ''Bebo agua antes de dormir para no tener que despertarme por la noche y ahora resulta que me meo''.
Me levanté con cuidado de no despertar a Hermione y Ginny y cerré la puerta del cuarto sigilosamente para que la luz del pasillo (siempre encendido con el hechizo lumos) no se colara.
Mientras me lavaba las manos en el baño tras acabar oí una puerta cerrarse dos veces. O quizá eran dos puertas cerrándose casi seguidamente. Temí haberme dejado abierta la puerta del cuarto, pero estaba segura de haber cerrado. ¿Habría despertado a alguien?

Volví de puntillas por el silencioso y vacío pasillo hasta la puerta del cuarto de Ginny. Suspiré tranquila, y pensando que me había imaginado lo de los ruidos, alargué la mano para girar el picaporte. Antes de que lo tocara, sin embargo, comenzó a moverse solo. Abrí los ojos como platos, inmóvil, con la mano suspendida en el aire ¿Había fantasmas en casa de los Weasley? y entonces, el picaporte terminó de girar, y la puerta se abrió...

No me asusté, pero sí me llevé una gran impresión al ver a Ron Weasley en calzoncillos saliendo del cuarto de Ginny.
Tras unos segundos durante los cuales nos contemplamos mutuamente, logré apartar la mirada bruscamente, y reñir a Ron:

-¿¡Se puede saber qué haces tú aquí de esa guisa!? ¿¡No te da vergüenza!?

-Laura...pero tú no estabas...¿durmiendo?- Ron tenía la cara más roja que el pelo (y eso ya es decir) y se tapaba como podía mientras retrocedía asustado.

En cuanto puse un pie en la habitación y encendí la luz descubrí, sin embargo, que las sorpresitas nocturnas no habían acabado. Ginny no estaba en la habitación, pero sí lo estaba Hermione, no en ropa interior pero sí con varios botones del pijama desabrochados, lo que para mí fue suficiente confirmación de lo que estaba pasando allí.

-No...me lo puedo...creer...-musité estupefacta.

-Laura, no es lo que parece...-Empezó Hermione, roja como el pelo de su novio.

-AH, ¿NO? ¿CÓMO QUE NO ES LO QUE PARECE, HERMIONE? ¿ÍBAIS A HACER ESO EN LA HABITACIÓN DONDE DUERMO YO TAMBIÉN? ¿ESTÁIS LOCOS? ¿Y DÓNDE ESTÁ GINNY?

-No... grites... -Ron parecía más pequeño de lo normal, supuse que por la vergüenza de que los hubiera pillado en su momento de pareja- está con Harry en mi habitación...nos...cambiamos de cuarto...

-¿CADA NOCHE?

-No, Laura, sólo a veces...-Hermione se esforzaba por mantener la calma- no grites por favor, tú misma dijiste que dormir solos no es malo...

-Y NO ME IMPORTARÍA SI ME LO HUBIÉRAIS DICHO. Y SOBRE TODO, NO ME IMPORTARÍA SI FUÉRAIS A DORMIR, PERO RESULTA QUE RON ESTÁ EN CALZONCILLOS. ¡EN CALZONCILLOS, HERMIONE! NO CREO QUE FUÉRAIS A DORMIR, IGUAL QUE TAMPOCO CREO QUE GINNY Y HARRY ESTÉN DURMIENDO AHORA MISMO.

-No grites por favor, vas a despertar a todos...

-ES LO QUE OS MERECÉIS, HERMIONE, QUE TODA LA CASA SE DESPIERTE Y PASÉIS VERGÜENZA. ¿CÓMO NO ME LO HABÉIS DICHO? LO HABRÍA ENTENDIDO PERFECTAMENTE, OS HABRÍA DEJADO ESPACIO PROPIO Y...

-¡BASTA!- me callé bruscamente al ver a Ron apuntándome con su varita, que había cogido del bolsillo de su pijama en un rincón- Calla, Laura, y cálmate. No me obligues a usar magia.

-Pfffff, por favor, Ron, Calla cielo, están hablando los mayores- le miré desafiante- puede que seas auror y estés opositando, pero te aseguro que me las pagarás si te atreves a lanzarme un hechizo estando yo desarmada.

-No me lo digas dos veces- apretó la varita en la mano, sujetándola firmemente.

-Vete a tu cuarto, pelirrojo. Manda a tu hermana de vuelta y dormíos todos y no montaré más jaleo. Pero pronuncia una sola palabra mágica y me chivaré, te lo juro.

-Ron, Laura, basta. No os peleéis, por favor- Hermione se levantó e intentó detener a Ron.

-Vamos, Hermioncita-dije muy cabreada, con una media sonrisa burlona en la cara- sé buena y vete a tu camita, y tú igual, Ron, cielo. Al fin y al cabo sabes que tengo razón. Baja esa varita y vete a dormir como los niños buenos, anda.

-¡Ya me tienes harto! ¡Te vas a enterar! -los ojos azules de Ron llameaban de ira.

De repente, todo sucedió en un momento, aunque se desarrolló ante mis ojos como si fuera una eternidad. Hermione gritó ''NO, RON, PARA'', pero no llegó a tiempo de que su novio agitara la varita a la vez que gritaba ''¡Desmaius!'' . Yo grité, y el hechizo aturdidor me golpeó de lleno.

Caí hacia atrás , golpeándome contra el suelo. En un instante efímero, los sonidos, los olores y los colores se esfumaron, y todo a mi alrededor se volvió negro...

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